Yantares Restaurant, una burbuja en Caracas

Probablemente les extrañe el título del post. ¿Una burbuja de qué? ¿Qué tipo de reseña es esta? ¿Qué venden allí? Y la verdad es que hay mucho que explicar acerca de Yantares Restaurant y de por qué yo pienso que cuando lo visito estoy en una extraña (pero muy agradable) burbuja que bloquea el mierdero en el que vivimos en Venezuela, y que cuando cruzo sus puertas estoy como dentro de una cúpula, un extraño campo magnético, en un lugar o en una Venezuela que hace años dejó de existir.

Sí. Es que visitar Yantares Restaurant es como si te subieras a una máquina del tiempo y regresaras a la Venezuela de hace 20 o 30 años, en donde había calidad, servicio, buena atención, sonrisas al atenderte, ambiente grato, buena iluminación, buena música y un inmenso etc.

Pero creo que me estoy adelantando. Vamos por partes.

Tenía en mente esta reseña desde hace bastante tiempo, pero por problemas técnicos (maldito internet venezolano) no la había podido realizar. ¡Pero al fin lo logre! Y sé que la disfrutarán.

Quiero compartir con ustedes mi opinión acerca de Yantares Restaurant. Y que no es por una o dos visitas. Tengo aproximadamente dos años visitando este espléndido lugar por lo menos dos o tres veces por semana, a diversas horas, en la mañana, mediodía y tarde, y siempre, SIEMPRE, mantienen sus estándares. ¿Cómo lo hacen? No lo sé. Es un misterio. Es un grato misterio que ojalá se contagie a muchos otros negocios de la ciudad y del país en general.

Veamos mi reseña en detalle:

Calidad: ¡Wow! En este aspecto de verdad que no tengo nada (malo) que decir. He venido a Yantares a toda hora: en la apertura, al cierre, al mediodía, en la tarde, y sus productos siempre, SIEMPRE están frescos, como recién hechos. Buen sabor, buena consistencia, sencillamente calidad INSUPERABLE. ¿Cómo lo hacen? No lo sé. Pero ojalá que se mantenga así por siempre.

Servicio: Este aspecto es crucial para mí. Yo, que soy un cliente tan jodidamente exigente, me consigo en Yantares con que el servicio no sólo es rápido e inmediato, sino cortés, eficiente y muy pero muy diligente. Esa gente lo hace sentir a uno como en casa. Hasta te abrazan y te besan. Incluso se acuerdan de tu nombre, y te preguntan: “¿Qué te pareció el almuerzo? ¿Qué tal estaba la torta o el dulcito que te comiste?”. ¡Son unos bárbaros estos tipos! Hay que llevarlos a los entes del gobierno, a que le laven el cerebro a esa parranda de empleados públicos ineptos (valga la redundancia)…

Limpieza: Otro aspecto impresionante. En Yantares TODO huele a limpio, se ve limpio y se percibe limpio. ¡Hasta el baño! Cuando vayas a Yantares y te sientes en el trono, sólo te faltará el cetro y tus súbditos. Siempre hay papel, hay agua, hay jabón, y de verdad que está más limpio que un quirófano. Nunca he entrado a las cocinas, pero el lobby, las mesas y los baños son impecables, por lo que no me extrañaría que las cocinas fueran así de inmaculadamente limpios.

En fin que, como pueden ver, esta gente de Yantares parece de otro planeta. ¡Visitarlos es como entrar a una burbuja! Es como estar en otra Venezuela. Esa Venezuela de los 80-90, como lo mencioné el principio de esta reseña.

Definitivamente, mis amigos de Yantares se llevan un merecido 👍

Visítenlos, solos, en pareja, en familia, como quieran. De verdad que es un lugar al que siempre, siempre, querrán volver.

Nos leemos en una próxima reseña. Recuerden que #ReseñandoAndo

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